Península Poesía I (Confieso que he leído VII): Marina Tsvietáieva, Antología Poética.

No recuerdo bien como llegaste a mí, quizás la casualidad, o el acierto de una página abierta al azar. Te quedaste para siempre, en mi corazón donde circundaban tus versos y en mi mente, preguntándote en cada lectura por el sufrimiento que guiaba tu pluma. No eras conocida, de hecho no estoy seguro de que aún ahora lo seas para los lectores en mi lengua. De tu ruso a mi castellano, el giro es acrobático y casi mortal, y pocos logran caer de pie. Pero merece la pena el esfuerzo de entenderte, de caminar a tu lado por la biografía que dejaste escrita en versos inesperados, desgarradores, profundos. Me pregunto a menudo qué pasó por tu mente al elegir el nombre de tu hija, buscando algo en común contigo, un afecto, un sentimiento compartido que uniera nuestros tiempos con la esperanza de creerte cercana. Es todavía nueva la angustia que me recorre cuando leo tu alma, desgranada en tus poemas. La pasión de madre no la diluye el tiempo, más bien la acrecienta a...