Cuaderno de bitácora XII: Pepe "el Carbonero"

Le recuerdo, no al modo que Victor Jara nos hablaba de Amanda, pero le recuerdo, sobre todo en cada canción que él me enseñó a apreciar, en cada rincón de aquellas letras tan hermosas que corrían el riesgo de pasar desapercibidas por los oídos del joven impetuoso que yo era. Lo que aprendí de él no aparece en ningún boletín de escuela, ni en diplomas colgados en la pared, pero eso, lo aprendido, va siempre conmigo y cobra forma cada vez que vuelven esas viejas canciones sobre las que Pepe impartía sus maravillosas lecciones. Hay muchos momentos irrepetibles a su lado, que bien podrían llevar por título el nombre del cantante o el estribillo de la canción de los que siempre tenía algo que contar: Serrat y sus Paraules de amor o su Drapaire ; María del Mar Bonet y su dulce manera de cantar el mallorquín; Violeta Parra dando Gracias a la vida para luego llegar al Maldigo del alto cielo ; Cholo Aguirre y los Ríos, rebelde y manso, o el Indio pequeño ...