Cuaderno de bitácora XVII: Zafra y su premio literario.

    El ayuntamiento de Zafra ha modificado las bases de su premio literario, el cual lleva el nombre de Dulce Chacón, hija de la ciudad, eliminando del mismo los valores de dignidad, justicia y solidaridad que las obras presentadas debían defender, honrar, mostrar, respetar. Supongo que el alcalde de Zafra, como titular del certamen, tiene perfecto derecho a ello. El mismo derecho que protege a la familia de Dulce para retirar su nombre del concurso o a las otras instituciones que lo patrocinan a no destinar más fondos en futuras convocatorias.

    Este tema no merece mayor discusión que la de tomar partido por una postura u otra -Dulce, siempre-, que cada uno actúe conforme a su conciencia y poco más hay que decir.

    Pero yo quisiera ir un paso más allá. Leyendo el otro día unas declaraciones de mi admirada Inma Chacón, hermana gemela de Dulce, sobre esta retirada de los valores de dignidad, justicia y solidaridad por parte del alcalde, no pude evitar una reflexión sobre en qué ridículo lugar se ha colocado este hombre. Él quiso argumentar que eliminando esa condición se otorgaba mayor libertad a los concursantes. Ya. Y si quitas lo de certamen literario, también. Así, quizás recibas tallas en piedra o madera, lienzos, alguna que otra partitura o, incluso, platos de diseño o de corte tradicional con los que ganarse al jurado por el gusto. De esa manera, la libertad esgrimida por el alcalde alcanzaría la máxima expresión. ¿Absurdo? Pues claro, en esas estamos.

    Y me pregunto por sus votantes. En unas elecciones, yo no tomaría la papeleta de un candidato al que la dignidad, la justicia y la solidaridad le parece que están de más, que le molestan. A mí me preocuparía que un alcalde así gobernara en mi ciudad. Y no voy a caer en el tópico de decir que quizás esos valores le han parecido de izquierdas, estoy seguro que la mayor parte de los votantes de derechas no están de acuerdo con él.

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