Confieso que he leído XVIII: Escarcha en el pelo, Enrique Botella.
No es la primera vez que viene por aquí. Enrique Botella ya nos visitó allá por el mes de septiembre de 2018, cuando leí su magnífica "El silencio y el mar ". Dicen que la primera novela de un buen escritor suele ser su mejor obra. Quizás porque le dedica más tiempo o se vuelca incondicionalmente en ella. Luego, con la premura de hipotéticos plazos, la autocomplacencia o la escasez de nuevas ideas, parece que se tiende a bajar de nivel. Nada de eso ocurre con la segunda novela de Enrique. Es más, yo añadiría un ingrediente nuevo: la erudición bien entendida al servicio de la historia. Como la portada del libro reza, estamos ante una novela judicial y Enrique es abogado, pero no escribe para presumir, para demostrar, para bombardearnos con sus conocimientos. El letrado se muestra humilde y pone su oficio jurídico al servicio del literario. Hay que ser muy buen escritor para hacerlo y Botella lo es. Una pequeña muestra de su maestría es cómo dobla las historias, l