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Mostrando entradas de enero, 2023

Confieso que he leído XXVI: Historias Mínimas, Natacha G. Mendoza

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    Si conociese a Natacha, no me dejaría abrazar por ella, porque ya tengo su abrazo descansando en mi estantería después de la batalla y no quiero perder el recuerdo que ha dejado en mi memoria.     Ojalá que no me hable nunca, que la voz que surgía de cada una de las páginas de sus historias, mínimas, sea la que escuche siempre de ella, que no se borre ese murmullo como si fuese el del mar, que va y viene llevando sobre su espuma los cuentos que imaginó para nosotros.     Ella ha hurgado en mis entrañas, porque a través de sus palabras ha venido Ana María Matute a buscarme, y Ángel González, con el modo con el que los panaderos prueban el pan, y Cortázar, siempre presente. Todos ellos, inolvidables, han vuelto a través de estas  historias, como al trasluz de un visillo que nos dejara ver lo justo para que sepamos que están ahí.     Me ha mantenido despierto, alerta, cada relato es una trampa. Me ha enseñado que nada es lo que parece, que no hay presupuestos en lo escrito; que cada v

El Gran Akiba IV: Recordando a Bobby Fischer.

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    El próximo día 17 se cumplirán 15 años de la muerte de Bobby Fischer, para muchos el mejor jugador de ajedrez de la Historia. El libro de sus partidas contra Spassky fue uno de los primeros que leí, allá por el año 1977.      Cuando murió, publiqué unas líneas en la web del club al que pertenecía entonces, el CA Aspe. Quiero recordarlas hoy, tan cercano el aniversario de su fallecimiento. Sus partidas y su recuerdo siguen presentes en quienes amamos el ajedrez y seguimos aprendiendo de su talento y trabajo. Carta In Memoriam a Bobby Fischer (Enero 2008)                 Al final, nos has robado un sueño, el de verte jugar de nuevo. Te lo llevas contigo, donde quiera que vayan los genios cuando mueren. Treinta y seis años son muchos sin verte ante un tablero. Ya lo sé, en 1992 nos dejaste con la miel en los labios: no era eso lo que esperábamos, pero tú no estabas dispuesto a darnos más. Te vas con 64 años, uno por cada escaque. Misha Tal, tu amigo a quien fuiste a ver al hospital du