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Mostrando entradas de junio, 2021

Banda sonora I: 1975 Demis Roussos.

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    Fue un día de junio de 1975, no puedo recordar cual, la verdad, pero debía de rondar uno de los últimos de la primavera, cuando los Padres Franciscanos organizaron la excursión fin de curso de aquel año. Habíamos terminado 4º de EGB y los autobuses se alineaban delante de nuestra impaciencia infantil, mientras los mayores, profesores y algunos padres llamados a rebato, apenas acertaban a calmar la inquietud de las tropas. Todos queríamos saber qué autobús nos correspondía, como si al llegar a la Manga del Mar Menor no hubiese playa para todos y fuese imprescindible llegar los primeros a destino.     Mi madre se apuntó a la fiesta. Ni por esas me dejaba respirar tranquilo. En la pequeña pausa que los conductores se tomaron en Torrevieja, ella se empeñó en visitar la Lonja mientras yo prefería jugar un partido que se había montado en el aparcamiento, en medio de los autobuses. No hubo manera.     Recuerdo muy poco del viaje de ida, salvo los gritos histéricos en la lonja, pero a la v

Confieso que he leído XXII: Enderezo descoñecido, Kressmann Taylor.

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    Debería de ser lectura obligada en las escuelas, por Literatura y por Historia.  Por fascinante. Por sorprendente. Por tremendamente humano.     Porque desgrana nuestra naturaleza sin ambages, en primera y segunda personas, desde el tú y yo, desde lo que fuimos y lo que somos.      Porque la venganza es un plato que se sirve frío y suele ser privilegio de los inteligentes.     Max, americano, y Martin, Alemán, son amigos y socios de una galería de arte. Viven en Estados Unidos. Max es judío. En 1932 Martin vuelve a Alemania, donde Hitler comienza su gobierno.     La novela, epistolar, son en realidad las cartas que se cruzan entre el 12 de noviembre de 1932 y el 3 de marzo de 1934 los dos amigos. No tienen desperdicio. Podrías leer el libro en apenas una hora. No lo hagas. Saboréalo como un buen vino o un flan que lo mereciese.     Ha estado muchos años, desde 2002, aguardando su turno en mi estantería. No sé porqué he tardado tanto, pero la espera ha merecido la pena. Os ruego que

Diario del Libro de Ramón I: Manos a la obra

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    Seguro que Ramón se batió las neuronas pergeñando el título de su novela, pero para mí, y mientras no haya futuras obras que pudieran confundirme, la llamaré "El libro de Ramón", al uso del Polideportivo Municipal de Novelda, al que nadie conoce por otro nombre que no sea "Los campitos de Ramón", aunque se trate de otro Ramón más Santo que el que nos ocupa.     Me da mucho miedo leerla, porque por aquello de la amistad, intuyo que el autor me preguntará la opinión. Siempre se me dieron mal las cortesías en esos trances y en caso de que me llegara a no gustar, algo que no creo que ocurra, sería incapaz de no decírselo.      La comienzo hoy. En Hamelín, tierra del flautista, una ciudad preñada de historias y leyendas. Como la ciudad donde transcurre su novela, Rabudo. Me temo que Ramón y yo tendremos algo en común cuando termine la novela que aún le debo a don Antonio Aranda, que en paz descanse. Ya hablaremos de eso.     No os voy a dar mi opinión aquí sobre lo q