Confieso que he leído IV: La Sombra del Viento, Carlos Ruíz Zafón

No te esperaba, la verdad. Acomodado el paladar a los buenos conocidos, Delibes, Mendoza, Matute, entre otros, y a los no tan buenos pero también grandes contadores de historias, Pérez-Reverte y Vázquez-Figueroa, por ejemplo, que ya urdía uno que las posibilidades de encontrar algo que llegara hasta la sorpresa, se antojaba cuanto menos que improbable. Barcelona tuvo que ser, un cementerio tuvo que ser, de libros tuvo que ser. La Ciudad de los Prodigios que nos contara Mendoza en otra irrepetible, bordeando la Catedral del Mar que no tardaría en llegar a la mano de Falcones. Qué tendrá la ciudad Condal para hechizarnos en cuanto la pluma se embala hablando de ella. Tan increíble me resultó tu lectura, que tres veces quedé incrédulo buscando la fe necesaria para confiar en lo que leía. Ni por esas. Tengo pendientes al menos otras tres, esperando ser más afortunado en el futuro. Gracias, Zafón, por escribirla.

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