Patio de butacas VIII: Jesucristo Superstar.

   Es mi ópera favorita. Ya, ya sé que cuando escuchas la palabra ópera te vienen a la cabeza Verdi, Puccini o Wagner, pero Jesucristo Superstar es la ópera rock más famosa del mundo, y desde 1973 una película y un musical de culto.

   Quiso el destino que el primer curso de BUP lo pasara en casa de un familiar en Alicante, donde la única música a la que podía acceder era un radio casete pequeño y una cinta de 90 con Jesucristo Superstar grabado en la versión original de Ted Neeley, Carl Anderson e Yvonne Elliman, que es la banda sonora de la película. Sin saber inglés, me la llegué a aprender de memoria de tanto escucharla. Muchos fragmentos se me quedaron grabados: cuando Magdalena unge a Jesús y Judas se lo recrimina, la entrada en Jerusalén con el Hosana tan festivo, la Última Cena, Getsemane, el juicio ante Pilatos, y el charlestón con el que los autores caricaturizan a Herodes. 

    De regreso a casa, acabado 1º de BUP, le reventé los dos casetes originales a mi hermano, hartos de dar vueltas y mil vueltas, una y otra vez, en su magnífico reproductor. Aquello era otra cosa, lejos de la porquería de aparato donde la escuché las primeras veces.

    Ted Neeley es Jesucristo. Es su personaje. Lleva 50 años cantando la ópera, con la voz ya destrozada, pero la canta. Llega a los agudos, forzado, y cuando lo escuchas vives en un ay por si la voz se le derrota por completo.  Pero es Jesucristo: Te hace sentir que es Él, vive el personaje y lo transmite increíblemente, la emoción que sientes al escucharlo, 50 años después, es indescriptible.

    Tuve esa suerte. En abril de 2019, cuando vino a Colonia. Allí compré el DVD firmado por él, para restituir a mi hermano las cintas que le había vapuleado. Escucharle en directo el Getsemane, o las discusiones con Judas, no olvidemos que la ópera es la Pasión de Cristo desde el punto de vista de su traidor, o mirar con ternura eterna a María Magdalena. 

    En el penúltimo número de la ópera, titulado Superstar,  Judas, con el cuerpo de baile, canta la sintonía más conocida de la obra en una coreografía espectacular. Jesús termina subiendo al escenario desde el patio de butacas para el final de la canción. Cuando me di cuenta, lo tenía a mi lado, inesperado. Daba igual lo que estuviera pasando en escena, el protagonista era él, acercándose a su delator, para compartir el último número.

    Un sueño que se cumplió en la primavera de 2019. Los veinte minutos que aplaudimos, se me hicieron cortísimos.

    Hace unos años, la ex Spice Girl Mel C, Tim Minchin y otros cantantes, protagonizaron una versión de Jesucristo Superstar, como si la vida de Jesús ocurriera en un barrio tipo Bronx. Es magnífica, salvo que el cantante que interpreta a Jesús me parece algo flojo, pero Magdalena y Judas son increíbles, y me sorprendió lo gran cantante que es la Spice Girl. Os la recomiendo. Jesucristo Superstar Mel C

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