Leer para escribir I: Crematorio, Rafael Chirbes

Hace apenas unos días fallecía Rafael Chirbes, uno de los grandes escritores valencianos de la actualidad. En mi ignorancia, resultó que no había leído nada de quien tan encendidas alabanzas recibió tras su fallecimiento. Esto puede ser normal, engrandecer la figura del que ya no está, pero cuando esas loas vienen de gentes a las que tienes en muy alta estima y valoración, entonces confías en su palabra y procuras ponerte al día con el autor.

Y en esas estoy, leyendo Crematorio, después de cortar de cuajo la lectura de "La soledad de los perdidos" de mi admirado Luis Mateo Díez. No sé si es que no es el momento idóneo para leer esa novela, o si realmente tanto ha cambiado Mateo Díez su literatura para que no la reconozca y para que no me haga feliz su lectura, pero dejo un paréntesis, la elimino de mi libro electrónico a la espera de tiempos mejores. Desde la mal traducida "Años de perro" de Günter Grass que no abandonaba una lectura sin terminarla, y menos que algo me generara un desasosiego así cada vez que la leía.

      Al inicio de Crematorio, me encuentro con una frase genial, primorosamente construida en una forma que tenía olvidada. Dice así:

         "El ruido de la radio, el del motor, te alejan, me dejan solo, pendiente de los movimientos de mis manos, que ahora cogen el volante; del movimiento de mi pie derecho, con el que aprieto el acelerador del vehículo"

      Esa delicada enumeración de aquello de lo que está pendiente, separado por un punto y coma oportuno, que dota de un ritmo ágil a la frase, sin sobrecargarla con subjuntivas excesivas. Pienso en qué hubiera hecho yo de tener una necesidad narrativa como ésta y dudo que la hubiera resuelto así. Seguramente hubiera intentado algo como:

        "El ruido de la radio, el del motor, te alejan, me dejan solo, pendiente de los movimientos de mis manos, que ahora cogen el volante, pendiente del movimiento de mi pie derecho, con el que aprieto el acelerador del vehículo"

      Y es evidente que el resultado empeora muchísimo. Gracias, Rafael, por la lección.



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