Patio de butacas VII: Danza contemporánea. Bolero y Carmen.
La primera parte la dedicaron al Bolero. Con algunas variaciones originales en la partitura, muy breves, pero que enriquecían las posibilidades de la danza.
La coreografía fue un canto a la evolución, del menos al más, de lo impuro a lo puro, del vacío al amor, de la soledad del individuo al poder del grupo y, sobre todo, de lo iconoclasta o vanguardista del inicio, a una danza más ortodoxa en los momentos finales. Comenzaron dos bailarines, vestidos de negro. Conforme la música iba in crescendo, se iban incorporando más bailarines. También el vestuario evolucionaba del negro inicial, al blanco y negro intermedio, para terminar, los 7 sobre el escenario, vestidos de blanco, bailando el apoteosis final, en una coreografía grupal impactante. La foto que encabeza este comentario pertenece a un momento de ese final, donde parecen flotar sobre la pista en un salto perfectamente coordinado.
La segunda parte estuvo dedicada a Carmen de Bizet. Una muestra minimalista, descendiendo al detalle emocional de la música y la historia, en la que intercalaron cuatro canciones de Los Panchos, que explicaban muy bien el argumento de la coreografía, pero que, estando en Alemania, me dio la impresión de que fui el único, o casi el único, que pudo disfrutar de ese enriquecimiento del espectáculo. El punto cómplice de esta parte de la obras estuvo cuando, durante el "Bésame mucho", los bailarines bajaron al patio de butacas a bailar con el público, que disfrutó muchísimo de la invitación. A mí me quedó un poco lejos, pues estaba en el primer anfiteatro.
Un acontecimiento feliz. En realidad no esperaba tanto de la danza contemporánea, pero he salido muy sorprendido. Repetiremos.
No volveré a dejar pasar de largo otras oportunidades de ver ballet o danza en vivo. Os recomiendo que si este espectáculo pasa por España, no dejéis de verlo. Sólo el Bolero ya justificaría el precio de la entrada.
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