Confieso que he leído XVII: La bibliotecària del front, Berta Jardí.

     Hoy es festivo en Alemania, 3 de octubre, día de la reunificación, y me he levantado como si fuese un día laborable, pero sin la ayuda del despertador, no ha hecho falta, para leer las 20 páginas que me restaban para terminar "La bibliotecària del front" de Berta Jardí. Las 20 páginas que anoche, tras un día de mucho cansancio en el trabajo, tuve que dejar aparcadas por el sueño y que merecían el madrugón.

    (Tal vez debería haber escrito esta crónica en valencià (sense polémiques, per a mi valencià, català i mallorquí son llengues bessones que viuen separades), pero mi valenciano escrito es deficiente y prefiero no faltarle al respeto.) 

    Siempre han llamado mi atención las novelas que hablan de libros, de bibliotecas, del mundo literario y esta novela de Berta Jardí no me ha decepcionado en absoluto. La forma en la que nos muestra el amor de su protagonista por los libros (todo basado en hechos reales, con nombre y apellidos) y su afán por hacer llegar la lectura al mayor número de personas posible, aún en un entorno hostil como fue la Guerra Civil, nos hace empatizar con el personaje desde el mismo comienzo de la novela.

    Su autora sabe contar una historia, una gran historia, con sencillez pero sin olvidarse de cuidar el lenguaje, escribe desde una prosa muy bien trenzada, directa, manejando el ritmo de la narración de manera que te sumerjas en los acontecimientos y, sobre todo, en los sentimientos de sus personajes, básicamente tres (Aurora, Gemma y Claudina -de la que espero sea el personaje principal de una futura novela de la autora, quién sabe).

    Sin intención de desvelar nada, la historia nos habla de una joven auxiliar de biblioteca que viaja al Frente durante la Guerra Civil, a bordo de un bibliobús, una biblioteca móvil desde donde surte de lecturas a los soldados y heridos del Ejército Republicano, recorriendo toda Cataluña en su desempeño. Está basada en la vida de Aurora Díaz Plaja, una mujer con una biografía apasionante, de la que Jardí nos muestra uno de los hechos más importantes de su vida.

     Me ha recordado a "Soldados de Salamina" de Javier Cercas, tiene puntos argumentales y de forma en común. Quizás el hecho de compartir época, la Guerra Civil, influya en mi percepción. "Los colores de la guerra" de Juan Carlos Arce también se ha paseado por mi memoria en ciertos momentos. No podría cerrar el triángulo sin nombrar a "Os libros arden mal" de mi querido paisano y otrora vecino Manuel Rivas.

    Me encantaría que os sumarais al club de entusiastas de Berta Jardí y leyeseis esta "La bibliotecària del front", una novela conmovedora e inspiradora. 

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